L’uomo morto nella camera 207

Florencia, tarde lluviosa. La inspectora Anna Greco acude al Grand Italia, donde un huésped bien vestido aparece muerto tras una puerta cerrada con llave en la habitación 207. No hay heridas ni signos de lucha: ventana sellada, maleta ordenada, una botella vacía de whisky toscano y, en el baño, dos cepillos. Bajo la cama, medicación que no coincide del todo con el nombre registrado.

Guiada por pistas finas—un alias que no encaja, una recepción nocturna sin vigilancia y una huésped cuyo pasado choca con el de la víctima—Anna sigue una red de móviles donde accidente, culpa y venganza se confunden. La verdad está a la vista, pero una conclusión errónea podría arruinar a un inocente.