Un espresso a Torino

Elena, una turista belga de vacaciones en Turín, entra en un café lleno de gente. Intenta pedir un espresso, pero recibe un cappuccino. Entre sonrisas y correcciones amables, el barista y un cliente la ayudan a pronunciar las palabras en italiano. La confusión se convierte en una escena cálida y divertida.

Cuando se despide, Elena no solo ha aprendido tres nuevas palabras, sino también la dulzura de la comunicación humana