Una visita dal parrucchiere

El pelo de Lisa se ha puesto largo, pesado y un poco aburrido. Mientras camina cerca de su apartamento, ve una pequeña peluquería con un cartel que dice «Parrucchiere – Walk‑in Welcome» y, guiada por el impulso, decide entrar. Las luces cálidas, los espejos por todas partes y una peluquera de ojos amables crean un ambiente acogedor mientras Lisa le explica su petición: solo las puntas, un poco más corto, el mismo estilo y nada de flequillo.<br><br> Cuando la peluquera humedece su pelo y empiezan a sonar las tijeras, pequeños mechones caen al suelo. Lisa se mira en el espejo, al principio algo nerviosa, pero se relaja mientras hablan del tiempo y de la ciudad. Poco a poco su melena se ve más ligera y sana, y el resultado es exactamente lo que quería. Al pagar y salir a la calle, se siente distinta: más segura, más en casa en la ciudad, y sonríe al ver su reflejo en el escaparate de una tienda.