Começo da Vida

La tormenta se volvió más fuerte. El barco subía olas gigantes. Después caía en valles profundos de agua. Cada vez que bajábamos pensaba que nunca subiríamos otra vez. Tenía la certeza de que todos moriríamos. Las olas serían mi tumba.

Pero en la mañana siguiente algo cambió. El viento se volvió más calmado. Las olas se volvieron más pequeñas. El sol apareció. Y de repente el océano no parecía tan terrible. Era en realidad bastante bonito. Mi mareo pasó. Mi miedo desapareció también.

Mi amigo me encontró en la cubierta. Rió y me golpeó en el hombro. "Estabas asustado anoche, ¿no estabas? ¿Pensaste que aquel vientecillo nos mataría?" No podía creer en sus palabras. "¿Vientecillo?" dije. "¡Fue una tormenta terrible!"

Rió aún más. "¡Aquello no fue nada! Espera hasta que veas una tormenta verdadera. Eres apenas un marinero nuevo. Vas a aprender. Ven, vamos a beber ponche. ¡Vamos a celebrar tu primera vez en el mar!" Fuimos para abajo de la cubierta a beber.